Sunday, May 15, 2011

Semana Santa 2011 en Nuestro Colegio


Todos los años el Colegio República Argentina detiene su caminar para vivir un momento de reflexión en la Paz de Semana Santa para no sólo desarrollar aprendizajes en nuestras niñas, sino también formar en ellas mujeres espirituales y reflexivas… formación del corazón…


Ambas jornadas lideradas por sus profesoras de religión prepararon representaciones, cantos y momentos que ayudaron a toda la comunidad educativa a vivir de un modo más profundo lo que es el Triduo Pascual.


Anexamos palabras sobre esta fiesta que entrega nuestro Obispo Diocesano, don Alejro que nos hacen encontrar el sentido de estas fiestas de reflexión y profunidad


Recuperado de Diario ON-LINE “El Pulso”


Escribe Monseñor Alejandro Goic K., Obispo de Rancagua.-


Es la expresión del amor de un Dios que se hizo carne en Jesucristo y que antes de su Pasión, en la Última Cena, nos deja su cuerpo y su sangre como alimento para nuestra vida cristiana.


Y es al mismo tiempo la noche en que Jesús instaura el mandamiento del amor, como el mandamiento supremo, al que estamos llamados a vivir todos los discípulos de Jesús.


Por eso, Jueves Santo es, fundamentalmente, el amor de Dios que se entrega y que nos pide amar como Él amó.


Jueves Santo


Se produce una cena única, el Hijo de Dios está a los pies de sus apóstoles, lavándoles los pies, para enseñarles que tenemos que hacernos servidores unos de otros.


La vida, en clave cristiana, tiene sentido cuando como Jesús, sabemos hacernos sencillos, cercanos y humildes servidores de todos, especialmente, de los más pobres.


Viernes Santo


La humanidad vive un momento único de la historia, en que Dios muere en una cruz para redimir a la humanidad.


Cuando la multitud clamaba y pedía la crucifixión de Jesús y su muerte, en esa cruz, Dios, estaba redimiendo a través de la fidelidad de su hijo, a la salvación y a la redención del mundo.


Por eso, desde que Él murió en la cruz, la cruz ya no es símbolo de ajusticiamiento de criminales, sino que es la expresión máxima del amor y de la entrega a los demás.


Por eso el Viernes Santo podemos alabar y bendecir a Dios y decir, ¡bendita la cruz en la cual Cristo nos dio la vida y la salvación! La crucifixión de Cristo es la expresión de su fidelidad a la voluntad del Padre. Jesús no buscó la muerte. Lo que Jesús buscó fue ser fiel a la Palabra y el querer de Dios su Padre.


Y esa fidelidad le costó la muerte, porque los hombres de la época no aceptaron el decir y el hacer de Jesús. También hoy, cuando la Iglesia continúa la misión de Jesús, repite los gestos y las palabras que Jesús nos mandó decir y hacer, a veces encuentra rechazo.


Pero la Iglesia no tiene otra misión que la de repetir, en cada momento de la historia, más allá de la fragilidad de sus miembros, las palabras y los gestos de Jesús para salvar al mundo y llevarlo al camino de Dios.


Sábado Santo


Es un día de oración en silencio. Es un día de expectativa. Es un día en que Jesús yace en el sepulcro, pero Él había dicho, “destruyan este templo, y yo lo restauraré en tres días”.


Hablaba del templo de su cuerpo y, por eso, a partir de esta noche, en catedrales, templos, capillas, etc., recorrerá el grito del ¡Aleluya! ¡Ha resucitado! ¡Ha triunfado sobre el pecado y la muerte! Creemos en un Dios en quien la muerte no tiene dominio, en un Dios que la ha vencido y con Él estamos llamados todos a participar de esa victoria del Resucitado.


La liturgia de la Iglesia cesa. Desde ayer, Viernes Santo, no ha habido misa, no ha habido ninguna celebración especial, sólo recogimiento, silencio, espera.


Pero en la noche, en la Vigilia Pascual, con una hermosa celebración, con profundos ritos y contenidos litúrgicos, la Iglesia va a celebrar alborozada la Pascua, es decir, el paso de Jesús de este mundo a la vida, sobre la que ya no tiene dominio la muerte, porque Jesús la venció de una vez para siempre.


Y también los seres humanos, todos, estamos llamados a vencer a la muerte, porque Jesús, el primogénito entre todos nosotros, la venció y la doblegó.


Domingo de Resurrección


La liturgia de esta fiesta pascual canta con gozo profundo el Aleluya, ¡Jesús ha resucitado! ¡Ha triunfado sobre la muerte y el pecado! Y esa resurrección de Jesús nos invita, especialmente a los creyentes, a vivir una vida nueva, a ser transparentes, honestos, servidores de los demás.


A hacer vida en cada uno de nosotros y nuestras comunidades, el mensaje del resucitado, que en esencia es amar a Dios y amar a los hermanos. ¡Feliz Pascua de Resurrección a toda la comunidad de la Sexta Región. Hoy es Pascua, la verdadera Pascua, el paso de la muerte a la vida del Hijo de Dios.


¡Jesús ha resucitado! y esa resurrección nos compromete a todos los creyentes a vivir una vida nueva, la vida de Cristo, el mensaje de Cristo, el evangelio de Cristo. Hacer carne en nuestras vidas, especialmente, el mensaje de las bienaventuranzas que san Mateo nos trae en el capítulo 5.


Tiene que notarse que los seguidores de Cristo somos diferentes, porque creemos en aquel que ha vencido a la muerte y al mal y nos ha sembrado en la tierra una semilla de resurrección y de vida, en la cual los creyentes estamos llamados a ser testigos.


¡Feliz Pascua de Resurrección, con la abundancia de las bendiciones del resucitado, para todos y todas!














































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